miércoles, 10 de octubre de 2012

quemar

Hace mucho que no, pero si! Deseaba que todo se queme en ese sentimnto entre pirómano y autoflagelante. Ya me sentía de nuevo envuelto en esos fanatismos abusrdos, como la numerología y la comparación. Temas del idiotismo de un forzado encuentro con los por qué y los significados. Que si la mala racha mas atroz había sido en el 2002. Y la anterior en el 92. Y ya temiéndole al 2022. Justo ese 22 tan mimado! Y sacar conclusiones baratas. De esas de un secundario de Morón o de una tarde de tererés con galletitas, o de borracheras de tequila champion. Y conformarse con que las muertes son ciclos, y el temor de nene que no sabe crecer, de bici sin rueditas o condones rotos. De los malos tragos con colectiveros, o de piñas en la canchita de tierra. Fanatismos baratos con olor a via crucis e incienso, con monjas rezándome para sanar la sangre que me tapaba la vista. Nerviosismo madre, nervios incontrolables, supremos y vacíos. Tardes noche de Under the bridge y masoquismo. Quemarme los dedos adrede con la colilla mas puta de todas; la del armado peor armado. Todo debía quemarse, no sólo el dedo. Y la cabeza de por sí tenía ese fuego propio, fuego azulcito y mas que nada cenizas. De las rachas y golpazos. De eso se trataban estos días. Abrazarte Estefi y que sepas que estoy aca, siempre. Que Damián, te hagas respetar, carajo, y sabes que es con amor! Que no te pongas loca Anita. Que saques lo malo Papá, desahogate. Que Rosa, no tengas miedo y que todo se quema. Y tambien todo se apaga. Acá estoy bien! Olorcito a queso en lo del abuelo y plantita de terciopelo. Y las caritas de los leones en los desagües plateados de cada casita de ese parque de Merlo. A todos nos tocará, dicen. Juro que me ocuparé de vivir, y si es feliz, mejor, entre ladridos y viento sur, o tinta roja y tu glostora tango club. Apaguemos el velador. Beso!

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