miércoles, 25 de julio de 2012

Caedro


Pequeña guerra sin sentido


Desde chico era un adorador de las guerras, pero de las que se ganan usando la inteligencia, no la violencia. Donde la habilidad se estima, y no donde manda el arreglo o la superioridad política. Donde no hay lugar para el chupamedismo, sin pelear por un tutor, alguien que te haya puesto en tu lugar. Se lucha por una ideología, por un ideal. Adoraba la guerra sin sangre. A lo sumo usar violencia verbal, pero sería rebajarse. La apelación a la mentira o al exabrupto sería rebajarse a ellos; los oscuros, los menos. Sería rebajarse a lo que aborrece.
Estaba convencido de que esta guerra la iban a ganar, el y los suyos, de a poco, siendo cautos, pensantes y estando mas unidos que nunca. Si es necesario esconderse en la pasividad, lo harían. La estrategia era destruir lo negativo, la resaca de los oscuros, la podredumbre humana que crecía en el lugar. Lo oscuro, lo antiguo, lo espolvoreado por el cruel y añejo látigo de la envidia. Lo empapado de ese mar gris de aquellos años que a ellos, sus enemigos, no les volverán. Ellos tenían juventud, luz propia, luz conjunta y por sobre todas las cosas FUERZA. Y la sabían usar...

jueves, 19 de julio de 2012

DIAgrama

'las mil grullas de Hiroshima transmitían un mensaje de PAZ''

Laxo

''Tu mano izquierda era un muffin de arándanos con uñas azules y un anillo que parecía una moneda de un peso.''
La tos me secaba el tórax. La bruma de los oscuros humedecía putrefactamente el ambiente. Era una horda furiosa de sentimientos desencontrados. Me cansaba, me agitaba... maldita tos. Estaba esperando más qe nunca que el tiempo pasara. Ya no pasa nada acá adentro, sólo el tiempo, hasta llegar el momento de irse.  Mi confidente (casi todos tenemos uno o una) estaba molesta (no por la tos sino por el aire). Espeso, se respiraba espeso. Me aturdía de injusticias y de mentiras. Y los momentos mas lindos nuevamente estaban en el subte.
''Tu mano derecha parecía una piedra con apliques de zafiros y una tulipa en tus dedos...''

miércoles, 18 de julio de 2012

esperando mas de Virginia

''Astor probó a Virginia y no fue lo que esperó... ese sabor no le causaba la sonrisa adecuada...''

otra

y estuve tan al borde de la muerte (a mi manera) que no sólo yo lo decidí, sino que el cosmos pareció indicarme que otra etapa (sí, de nuevo y tan precoz) se iniciaba en el camino...

martes, 17 de julio de 2012

La marca

Contrastes

La oficina se apagaba de a poco en composé con el cielo. Se escurrían por los ascensores y algunos saltaban por la escalera. Parecía viernes en el aire, por las esporas de cansancio y una humedad confundida en el 10mo piso que luchaba con los acondicionadores de aire; uno frío y otro caliente. Y todo se trataba de contrastes. Positivos, negativos. Debe y haber. Frío y calor. Vejez, juventud. Sabiduría, ignorancia... y así hasta el final, y me atrevería a algún 'bondad, maldad', pero soy de los benévolos y sólo me quedo en lo que dije. Contrastes y la oficina casi vacía... Desde una punta nos apuntaban con Heavy Metal Nacional. Desde la puerta una música folklórica trepitosa que con aires cansados malambeaba en nuestros oídos. Estábamos atrincherados, acurrucados. Nuestros Red Hot no paraban de sonar pero ya no nos quedaban fuerzas! El guitarrista metalero metía solos punzantes y los zapateos de los parlantes mas conservadores ya habían pisoteado a nuestro pobre baterista que insistía con sus platillos. Entonces el cantante sacó fuerzas de sus más íntimos sentimientos y de sus mismas entrañas!!! Miró al bajista que entendió la señal. El guitarrista seguía volador y el baterista se incorporó! El volumen subió! La música explotó! La banda se impuso furiosa sobre el metal y el folklore... y de repente le di un tremendo golpe al parlante... pedí perdón en nombre de la música argentina. Y nos fuimos a casa cantando Franz Ferdinand...

mi casa no tiene techo, mis nervios se van por ahí...

Lo bello y confidente

No era fácil su lugar, pero tampoco insoportable. Es difícil aguantar a Astor con sus locuras, amores, sincericidios, explicitaciones, arranques. Es un lugar importante que abarca mucho el de ella, la confidente. Si bien se nubla un poco el sólo hecho de pronunciar ese puesto... CON-FI-DEN-TE. CONfianza; se la transmite ella a Astor todo el tiempo. Se cuentan todo... FIdelidad, en el sentido mas puro del término; fidelidad de amigos. Ella es amiga de Astor... DENdeveras; la conexión y amistad es dendeveras, es decir, real, nada ilusoria, y nunca se sale del rumbo del compañerismo, del amigo. Té; ella siempre es la que le prepara las infusiones a Astor. Astor no toma otro té que no sea de los que la confidente prepara... Bueno entonces podría parecer mas que nada un vacío juego de palabras. Bueno, véanlo asi los que quieran. Y se que hay muchos que lo ven asi, que interpretan erróneamente, que no entienden, que hierven de envidias y desean males. El confidente crea en esta ilusión al confidado (ya expliqué meses atrás que me doy lujos de especie de Deidad creadora de vocablos). Astor se convierte en el confidado, y esta relación brillante, azarosa, telúrica por qué no, y transparente, se vuelve fuerte. La fuerza se transmite en la unidad, en el continuo conocimiento, y crece en la adversidad. Los momentos malos que enfrentaban Astor y su confidente eran nada a comparación de los problemas que podría tener cualquier niño con hambre en un país de Africa que ni siquiera sepamos como pronunciarlo. Pero la unión de confidente y confidado podían contra todo; grandes y pequeños problemas (medianos tambien). Conclusión de Astor: Dar sin querer recibir nada a cambio es bello. Conocer sin esperar y encontrar un amigo en el lugar menos esperado es bello. Confidenciar con esa persona que permite lo anterior, es bello.

Buenos Aires y su fauna Gris

Desprolijo escrito sobre extrañar. Y las otras vidas.

En el año 22, cuando tuve el agrado de tomarme un café con Freud en un bar de Dortmund, me explicó variadas e interesantes teorías sobre el fenómeno de la proyección que maneja nuestra mente en determinadas ocasiones. Como siempre he sido afortunado, he tenido el honor de reencarnar bastante rápido (suele llevar miles de años) y de poder usar esas sabias palabras del viejo Sigmund. Claro, también tengo la fortuna de imprimir en cada reencarnación ciertos estímulos y recuerdos de vidas anteriores. Por eso de vez en vez se me hace posible contar peripecias que viví en la antigua Creta, y hasta alguna que otra historia de piratas por aguas africanas, y anécdotas de bochornosos banquetes medievales. Hoy en el siglo XXI, regreso a la charla de ese café colombiano en Alemania y puedo entender lo de la proyección. Estaba muy bien con la vida de soltero solitario y como amo de casa improvisado. Una suerte de Rocker durmiéndose entre cigarrillos en un colchón mugriento, mezclado con un ser intolerante al desorden y obsesivo mucamo. La elección de la casa nueva no fue cosa de una noche, pero creo que tuvo mucho que ver el motivo de los azulejos del baño; el mismo de los que hay en mi casa natal. Lo demás era lo de menos. Normal, piso de madera, paredes limpias, cocina y mucho espacio por llenar. De extrañar, saben los que me conocen, que ni hablo ni lo vivencio. Siempre me tildé de tipo independiente, y es aquí donde entra el dilema de la bendita proyección de la que me hablaba este hombre con su cigarro marrón. Cómo de a poco empecé a retomar viejos vicios, a ver gente del pasado (pero de esta vida, eh?), a regresiones… claro, de regresiones también hablamos. Y es que cada uno de los que venían a conocer la casa eran tiroteados por mis fotos y recuerdos hasta el punto de pedir la cena como para cortar con el meloso ‘melancolismo’ de mi persona. Y fue así (no se como pero fue) que viajaba en el subte D y se sienta al frente mío una señora de esas que se notan que no son de Capital, que iba con una chica de unos 18 años, una nena de 8 a 11, y un tipo de piel curtida y manos varoniles y trabajadoras. De repente, con esa timidez que lo envuelve a uno al hacer algo propio, pero de visitante, saca una bolsa de supermercado con unos ‘sanguches’ de milanesa y los ofrece a sus acompañantes, que entre enrojecimientos de mejillas y negaciones, terminan por aceptar los bocadillos y a deglutirlos con gusto. El gusto de lo propio en lugar ajeno. Los saboreé. Era mi madre llevándome al jardín Zoológico, con las mismas bolsas y los mismos ´sanguches´. Era yo avergonzando de no se qué, a mis pocos años de vida, pero con todos los prejuicios que uno gana a temprana edad. La lágrima saladísima, y la sonrisa que les tiré al bajar en Palermo fue inquisidora por momentos y noble. Sentía que extrañaba, pero después todo vuelve a la normalidad. Y así me contaba este psicoanalista. En su tiempo fue muy criticado, cuestionado. No creo que tenga la suerte de reencarnar tan rápido como yo, pero estaría orgulloso de saber cómo se lo considera hoy en día. Lo festejaríamos con la mejor cerveza de Bavaria! Y es que ya andaba ansioso por encontrar en el mismo subte línea D algo que me haga recordar. Lo único que encontré ese domingo fue indignación. Y juro que le hubiera dicho al patán este, si lo hubiera tenido en frente, juro que le hubiera dicho: ‘’el artista que hace una selección tan desagradable como la suya es un mero comerciante.’’ Pero el cobarde huyó al vagón contiguo en busca de su moneda! No de su aplauso! Lo detesté… No éramos tantos en mi vagón, es verdad, pero no puede endulzarnos así el oído, con dos acordes deliciosos, y marcharse por una unidad del tren mas populosa (=más dinero). Por fin llegué a destino, Callao. El aire ya empezaba a faltar en ese inframundo artificial, pero con un servicio tan eficaz, hasta hace unas horas. La estampida vehicular tomó la posta imprudentemente por la avenida Córdoba al flash de la luz verde. Qué bárbaro! Lo que es la naturaleza. Del hombre, claro está! La señora con el bebé en su carrito cruzando en medio de semejante aluvión de coches y bocinazos que gritaban ‘’imprudente!’’. Hasta se oyó un ‘’posible asesina!’’ que provenía de un culto Mercedes Benz blanco. Me tomé el café que me merecía con la compañía que nos merecíamos. Quizás mas adelante detalle las delicias de la estadía en ese café. (No estuve con Freud ni con su reencarnación, claro está) Y fue así (no se bien como, pero fue) que volviendo a casa, recordé comprar los dichosos rollos de cocina que venía olvidando hace semanas. Todo cerraba… la proyección, la regresión. Si mi tío Rolo estuviera contento de que me haya independizado, seguro que habría rollos en casa. Otra de las teorías de Freud, del olvido por la represión inconciente ayudada en juegos de palabras y letras. Pero esta vez no me contó Freud esta teoría, sino mi gran confidente.

miércoles, 11 de julio de 2012

Manual de Cita Ideal

Primero y principal elegir con delicado criterio la persona a la que se va a invitar. Se pueden tener en cuenta niveles de pasión (fundamentales al decir verdad), de afinidad, de conexión y diversión, aunque esta lista puede variar. Procurar que el lugar de la cita sea avalado por ambos (en caso de que la cita sea doble). El departamento nuevo de uno es doblemente bueno como lugar porque -uno juega de local, y porque -es una buena excusa el hacerle conocer el inmueble a el/la citado/a. Acomodar cada rincón incentivando la comodidad de (desde ahora) la invitada. Previo paso importante, conocer sus gustos. Citarla a las 16 y que llegue tarde. El tránsito o la razón de la demora será el tema que rompa el hielo. Por qué no tambien charlar sobre lo loco que está el tiempo. Lo primero que se puede emprender, para romper con la obvia subida al departamento, es desviarse antes, ya que estamos en la vereda, a una panadería a comprar confituras o facturas. Alargar el camino, si es necesario perderse y escoger la cuarta o quinta panadería a la que se entre alegando que las demás no tenían cosas tentadoras. Esto alargará los tiempos de charla. Bromear si es necesario, pero no en exceso. Si es tal la conexión como para permitirse silencios controlados, dejarlos fluir. Que hablen las miradas. Al llegar al departamento actuar con desinterés en cuanto a lo físico. Deleitarse con no besos pero ambientar todo para cuando sí se dé. Ser cauto. Preguntar idioteces básicas y luego permanecer embobado mirándola (no demostrar nunca bajeza). Encargarse de tener sólo una silla para que el lugar de asiento sea compartido y pueda estar ella encima de uno. O poner un colchón en el piso a modo de sillón. Luego de jugar con los sentimientos de ambos, fundirse en un beso magnífico, pasional y nostálgico. Sonreir. Mirarse fijo y decirse lo que el otro nunca pensó escuchar pero si deseó. Bailar un tango tocado por una banda de Bosnia Herzegovina. Besarse esporádicamente (pocos besos largos). Incitar a la libido pero dejar todo en expectativa. Luego cuando caiga la noche, tras varios mates y por que no unas pizzas, acompañar a la visita hasta abajo y dejarla en un taxi que la lleve hacia quién sabe donde!

martes, 10 de julio de 2012

calculos...

La secretaria caminaba calculando todo... La frecuencia temporal en comparación a la amplitud del paso para evitar pisar las lineas de las baldosas, la velocidad para no tener que ser interrumpida por los semáforos peatonales en rojo. Hasta calculó el tamaño de la mandíbula de un perro callejero con cara de mordelón; sus cálculos indicaban que la mordedura sería atroz, más de lo normal. Lo único que no había calculado era el horario de los subtes. Ellos calculaban el momento del arribo de la secretaria y parecían esperarla todo este fin de semana. El fin de semana había sido extraño; descubrió que sus pantalones chupines no eran chupines, que el amor no está en cualquier lado de la forma clásica, que lo clásico es basura a veces, y que no es tan pecaminoso pisar de vez en cuando la línea de separación de alguna que otra baldosa. Otro detalle fue que en varios puntos del viaje se oyeron vidrios romperse. Vidrios de estructuras?

eternos 20

Bajó del departamento y se metió en el patio de la primer casa en la que pudo entrar. Prendió una vela, de esas blancas toscas y cantó un feliz cumpleaños mudo pero pensativo. Revivió un añasigualpa mas conciente que nunca. Se acurrucó al pasto con sus dedos y bebió el humo azulado de un Bernal londinense... Vació un sobre de sal del Mc Donald's de la vez del cementerio; chupó un poco para recordar el mar, y cantó un poco en su honor... El mejor cumpleaños de su vida...de la de ella...

jueves, 5 de julio de 2012

Cigarrillos de jazmines

Era el último cigarrillo que se disponía a fumar, y finalmente lo fue... Fue el más rico de todos. Ya la tos de viernes era tremendamente sofocante y dijo BASTA! En el momento no tenía ganas de nada, sólo de ese humo tibio y dulce. De ese recuerdo tan alquitranado y bello incrustado en el pulmón izquierdo, con fuerza. Era todo azul y dorado con mariposas verdes y violetas que bailaban alrededor de su cabeza, que fue el mundo de este humo hermoso en algún tiempo cercano. Era un intoxicante y encantador sentimiento, un chapuzón en el reloj, un deseo de día eterno. Una piel suave y el amor tan idiota como el mismo tropezón del viernes. Unas miradas de dejavúes, unas miradas. Los torbellinos precisaron transformarse en huracanes y cuando todo parecía perdido llegó el golpe de realidad, tan necesario. Los besos de su boca a ese filtro tan fiel, sincero, mejor dicho. Su última pitada de las de verdad... Tragó el humo, besó su boca y fui realmente feliz...

lunes, 2 de julio de 2012

bola de cristal

Klaus era un fanático de Atlanta, y de vez en cuando frecuentaba el bar San Bernardo en busca de partidas de pool. La cerveza la pedía con palitos y sin maníes, y todas las mañanas de domingo daba 2 o 3 vueltas alrededor de Parque Centenario. Cuando no estaba en su taller de tapizados se encargaba del tátele Franz. Trataba de no ser tan severo con él, al contrario de como Franz se había comportado en la niñez de Klaus. Viajaba mucho en subte, Klaus, y ahí conoció a su ídolo musical. Un día, en la línea D, despues de sentarse, unos muchachos de mediana estatura (le parecieron super duchos y simpáticos) hacían un espectáculo de música y acrobacias con una bola de cristal. Klaus quedó embelezado con los movimientos de la frágil y pesada bola sobre el cuerpo esbelto del muchacho mas simpático de los dos. El otro raspaba las cuerdas con rudeza y el olor a metal llegaba revoloteando a los orificios nasales de Klaus. Aplausos y sonrisas, unas monedas al sombrero y a seguir el repetitivo acto de vagón en vagón hasta llegar al último. Todos los asientos ocupados menos el de al lado de Klaus. Ya se empezaba a enfadar. Se miraba reflejado en la ventana para percatarse de no tener nada raro que ahuyente a la gente. Sobre el tapiz bordeaux del asiento había un desafiante confite naranja, tieso, pensativo. Relleno de chocolate bañado por una fina capa de caramelo fantasía. (Rocklets! Para los marqueros lectores de siempre) El tipo se hacía respetar ahí, sentadito como si... Y de repente plaf! Un culo voluminoso de una piba que venía en su mundo acabó con la paz del confite. Klaus casi reacciona mal. No dejaba de mirar con odio a la muchacha. La muchacha cerró los ojos y empezó a tocar a Klaus. Pensó que era adrede, pero estaba extasiada por la música de su mp3 y las tocadas en el hombro eran parte de una danza que parecía no tener fin. Volaba. El único parate que se permitía la danzarina manual, era para enrularse mucho mas los rulos negros de su mata. Eran el contraste perfecto para una piel casi lavandinosa. Klaus la observaba. La consideraba más fea que mil diablos feos. (A Astor le hubiera gustado, quizás) La creía drogada! O más aún, loca! Lo peor. Casi llegando a destino, cuando faltaba una estación para bajar, Klaus se para sin dejar de observar a la desequilibrada mental. Antes de que el tren llegue a destino la chica tambien se para, lo que no paraba era su danza exótica... Y desde la puerta por abrirse y aferrado al caño, Klaus observaba el tapizado para buscar a su compañero naranja relleno de chocolate. Cuando ejerce contacto visual con el redondo y anaranjado ente, Klaus pega un grito: lo lograste amigo! Resististe!!! Todas las miradas en Klaus y en especial los ojos turquesas de la danzarina que se saca los auriculares y le dice al coloradisimo rostro de Klaus: que te pasa flaquito? Te volviste loco?

cuestión de límite

Asi como Descartes llega al punto máximo de la Duda con su hipótesis del Genio Maligno, todos y cada uno de nosotros llega al punto máximo de la vida en algún aspecto. Astor no se escapaba a esta regla de morondanga. Se sentía tocar fondo. Habia descubierto su punto débil. ..