miércoles, 11 de julio de 2012

Manual de Cita Ideal

Primero y principal elegir con delicado criterio la persona a la que se va a invitar. Se pueden tener en cuenta niveles de pasión (fundamentales al decir verdad), de afinidad, de conexión y diversión, aunque esta lista puede variar. Procurar que el lugar de la cita sea avalado por ambos (en caso de que la cita sea doble). El departamento nuevo de uno es doblemente bueno como lugar porque -uno juega de local, y porque -es una buena excusa el hacerle conocer el inmueble a el/la citado/a. Acomodar cada rincón incentivando la comodidad de (desde ahora) la invitada. Previo paso importante, conocer sus gustos. Citarla a las 16 y que llegue tarde. El tránsito o la razón de la demora será el tema que rompa el hielo. Por qué no tambien charlar sobre lo loco que está el tiempo. Lo primero que se puede emprender, para romper con la obvia subida al departamento, es desviarse antes, ya que estamos en la vereda, a una panadería a comprar confituras o facturas. Alargar el camino, si es necesario perderse y escoger la cuarta o quinta panadería a la que se entre alegando que las demás no tenían cosas tentadoras. Esto alargará los tiempos de charla. Bromear si es necesario, pero no en exceso. Si es tal la conexión como para permitirse silencios controlados, dejarlos fluir. Que hablen las miradas. Al llegar al departamento actuar con desinterés en cuanto a lo físico. Deleitarse con no besos pero ambientar todo para cuando sí se dé. Ser cauto. Preguntar idioteces básicas y luego permanecer embobado mirándola (no demostrar nunca bajeza). Encargarse de tener sólo una silla para que el lugar de asiento sea compartido y pueda estar ella encima de uno. O poner un colchón en el piso a modo de sillón. Luego de jugar con los sentimientos de ambos, fundirse en un beso magnífico, pasional y nostálgico. Sonreir. Mirarse fijo y decirse lo que el otro nunca pensó escuchar pero si deseó. Bailar un tango tocado por una banda de Bosnia Herzegovina. Besarse esporádicamente (pocos besos largos). Incitar a la libido pero dejar todo en expectativa. Luego cuando caiga la noche, tras varios mates y por que no unas pizzas, acompañar a la visita hasta abajo y dejarla en un taxi que la lleve hacia quién sabe donde!

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