jueves, 5 de julio de 2012

Cigarrillos de jazmines

Era el último cigarrillo que se disponía a fumar, y finalmente lo fue... Fue el más rico de todos. Ya la tos de viernes era tremendamente sofocante y dijo BASTA! En el momento no tenía ganas de nada, sólo de ese humo tibio y dulce. De ese recuerdo tan alquitranado y bello incrustado en el pulmón izquierdo, con fuerza. Era todo azul y dorado con mariposas verdes y violetas que bailaban alrededor de su cabeza, que fue el mundo de este humo hermoso en algún tiempo cercano. Era un intoxicante y encantador sentimiento, un chapuzón en el reloj, un deseo de día eterno. Una piel suave y el amor tan idiota como el mismo tropezón del viernes. Unas miradas de dejavúes, unas miradas. Los torbellinos precisaron transformarse en huracanes y cuando todo parecía perdido llegó el golpe de realidad, tan necesario. Los besos de su boca a ese filtro tan fiel, sincero, mejor dicho. Su última pitada de las de verdad... Tragó el humo, besó su boca y fui realmente feliz...

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