martes, 10 de julio de 2012

calculos...

La secretaria caminaba calculando todo... La frecuencia temporal en comparación a la amplitud del paso para evitar pisar las lineas de las baldosas, la velocidad para no tener que ser interrumpida por los semáforos peatonales en rojo. Hasta calculó el tamaño de la mandíbula de un perro callejero con cara de mordelón; sus cálculos indicaban que la mordedura sería atroz, más de lo normal. Lo único que no había calculado era el horario de los subtes. Ellos calculaban el momento del arribo de la secretaria y parecían esperarla todo este fin de semana. El fin de semana había sido extraño; descubrió que sus pantalones chupines no eran chupines, que el amor no está en cualquier lado de la forma clásica, que lo clásico es basura a veces, y que no es tan pecaminoso pisar de vez en cuando la línea de separación de alguna que otra baldosa. Otro detalle fue que en varios puntos del viaje se oyeron vidrios romperse. Vidrios de estructuras?

No hay comentarios:

Publicar un comentario