domingo, 29 de abril de 2012

especie de diario fugaz como para sacar las ansias


Una mañana hermosa en La Feliz nos despertaba ansiosa. La música bolichera de la noche anterior en que no habíamos salido porque el sueño nos venció, nos arrastraba a la cocina. El sol nos pedía a gritos que salgamos de la casa de veraneo (en este caso ‘otoñeo’) del Dr.Lazarte, un viejo amigo de la infancia. Me lavé cara, dientes, cara de nuevo y la barba me sonreía desordenada desde el espejo. Emprendimos un viaje (yo pensé que corto) hacia el destino que Mario (el Dr.Lazarte) nos tenía preparado. La canción de Héroes (versión Catupecu) sonaba una y otra vez en la casa, y en el auto no fue la excepción; sólo que andando la gritamos efusivos como si fuera la última vez que tuviéramos la oportunidad de cantar.
Por primera vez pisé el puerto de Mar del Plata en condición de turista. Acordeones, tazas y esos recuerdos que nunca regalaría, olor a pescado y peces, y una cantidad y variedad de personas nos recibieron (indiferentes la mayoría), y el Sol sentía que había cumplido su propósito.
Corroboré que esta ciudad está hasta el hartazgo habitada por perros callejeros y no dudamos en dedicar algunos minutos en acariciarlos, y otros en tirarle unos pochoclos al lomo. Hay gente de todo tipo en el mundo. Y también perros de todo tipo; uno bastante suicida le hacía frente a los olorosos lobos marinos, que trataban de alcanzarlo para pegarle un buen susto por la osadía.
El Cristo no fue menos de lo que pensé; una inanimada figura de algo en que no creo, con cara y pose caricaturesca y dándole la espalda a lo mas sublime que existe; el Mar.
‘’Su inmensidad nos hace tan pequeños’’ cantaba en el auto cuando volvimos a comer rabas y otro tipo de pescados y mariscos. (Cita obligada dicen los que saben de las cosas que hace la masa turista)
Helado feo como postre en una famosa heladería. Si, feo, increíble, no?
Pero algo que me quedó grabado como un hermoso cuadro fue el pescador.  No un pescador en sí; la escencia del mismo. Desde temprano con esa paciencia infinita de la cual me gustaría  nutrirme, y el minucioso trabajo de la previa (incluído el tentempié, el vermú, y la charla con el colega).
Obviamente le dedicaré un texto aparte al pescador el día en que me inmiscuya en una jornada de pesca.
Auto otra vez, relajado, siempre donde se podía un azulcito, y bueno. La gente de River efusiva por el partido, los locales de Aldosivi mas tímidos. Larga (por no decir laaargaaa) tarde y caminata de compras por Juan B.Justo (como para que no me olvide de Buenos Aires) y por supuesto diversión a cargo del payaso del grupo, y los demás que no se quedan atrás.
Resúmen del día; emociones cruzadas con la melancolía de mucho y el Mar, mi amigo. Lindo estar con la gente que estoy hoy en este lugar.

viernes, 27 de abril de 2012

Spinnéticos

Desde el deceso del Flaco acepto que empecé a escuchar más su obra. Antes de su tránsito poco y nada sabía. Algo me gustó otro no. Lo llamativo es la aparición de los seres esos. Esos clones q me recordaron la historia que me contó Marsha sobre los suyos propios creados en un extraño laboratorio que armó en una de las habitaciones de mi castillo en las afueras de Plsen, República Checa.
Será que a veces las muertes se ponen de moda? Qué morbo. Yo por mi parte seguía encontrando clones del Flaco. Mas que nada en el subte y en algún colectivo que otro. Nunca vi ninguno en Provincia, todos en Capital, ahora que lo pienso. Palermo, Recoleta y Barrio Norte la mayoría. Y bueno, un par me los crucé cuando iba a la guardia con 40 de fiebre, acompañado no sólo por la fiebre que me mataba sinó tambien por Mk que me llevaba. Bueno, ese fue el día antes de su trunca desaparición, ya que despues apareció, y desaparición no existe, porque siempre algo queda. Y ese fue el día de Kusturica con el Chino Ceruzzi y la pantera rosa casi tan constante como mi angina.
Pero nos desviamos de los clones. Y la mayoría son mujeres. Casi calcos algunos del Flaco. Otros toman los rasgos fuertes. Pero tan iguales. Tan iguales pero nada de contaminación visual; yo los miro con una sonrisa y me acuerdo de 're super vos' con Marsha (en Bernal, no en Checa) y Charly...

Abajo unos bosquejos de algunos de los bichos rabiosos esos, a veces invisibles que me encuentro en el desierto de Capital, de ojos almendrados, cada uno como una joya, Jade capaz.



 




Confesiones del autor (a.b.l.c)

Bueno a veces a uno, o por lo menos a mí, le agarra esa cosa de no querer dejar nada sin entender. Será por eso de no querer caer en la metáfora o la incertidumbre, que si bien a veces es placentera (cuando se la lega a la imaginación), otras se vuelve insoportable.
En plan de diccionario, me veo hoy, de la manera en la que me desperté, de explicar algunos latiguillos o términos de los que suelo abusar.
Para serle sincero, lector, sólo quería dejar en claro uno(o dos o tres) de los vocablos, y por otra parte, explicar un poco desde mi punto de vista mi propia y torpe escritura.
Los azules, cuando me refiero a ellos, son los cigarrillos que fumo. Esos que no son tan químicos como los de los kioscos. Los azules te dan la posibilidad de fumar estados de ánimo del que los arma, combinado del que los fuma. Ese cóctel puede ser ‘extasiantemente’ explosivo. Alguna que otra vez capaz hable de fumarme un Virginia o un marrón, pero no va al caso. Ya que estamos en confianza, le comento, lector, que un azul a media mañana, cuando el día aparenta largo, es un perfecto depresor de preocupaciones. Algo así como un purgante de stress. Lo ‘relajatorio’ del preparado se apreciará en esa casi somnolencia que vivenciará.
Otra de las ‘secretelas’ que le quiero contar, y usted se habrá dado cuenta, es que mi literatura (osado el tipo a llamarla así) es un 72% transporte-urbano. Hallará en las letras pasajes que transcurren en una decena de líneas de colectivo o ferroviarias. También intrínsecos, hallará pasajes de 1,25, 1,75, 1,10 ¡y hasta 2,50!
El tiempo que empleo en estos escritos, además, casi nunca superan los 18 o 22 minutos, lo que hace entrar a mi escritura dentro de la categoría de las ‘impulsofugazgrafías’.
Ya se habrá dado cuenta de las musas, de los enamoramientos efímeros y de mi descendencia catamarqueña por parte de madre (por la tonadita del corazón). Y casi terminando esta ‘autobiograliteraconfesión’, le comento, así entre nos, que mis amigos son lo más importante que tengo.

Compañeros de banco


Había sido una divertida velada con los tortolitos que ni. Fue como un regalo divino (véase diánico, o azul, o blanco) esa torrencial armada de, valga la redundancia, azules. El sastrecillo valiente orgulloso de sus "tres de un solo golpe", y ella con fuerzas para mas después de sus 31 de un tirón, y decí que se acabaron los (pape) lillos. Él ganándole todas las partidas a ella, sea el juego que sea. Bueno, alguna habrá ganado ella. Y yo relajadamente feliz y levedad de la que se disfruta. Piña colada de por medio. Tan perfecta la velada que el metrobus tardó relativa y considerablemente poco, y sugestivamente vacío arribó después de un cigarro y 3/4. La cola dentro de todo corta y pocos borrachos de boludez. Dejé pasar a dos señores que habían llegado después que yo. Costumbre de buen pastor. Renegando imaginariamente por tener que viajar una hora parado. Los dos tipos que dejé pasar ya sentados en los últimos tres asientos de atrás a ambos lados de un pibe tremendamente pasado de rutina laboral. Y mirá si serán grandes los milagros que el pibe se levantó y me dejó sin saberlo el lugar calentito para que yo me pusiera a escribir sentado ahí... Antagónicamente a la costumbre los dos tipos que no se conocían, se encargaron de que estuviera cómodo, y el vals de Amélie extasiaba dicha comodidad. Mi relax era casi dormirme. Personajes a montones. El típico novio celoso con ojos de bulldog no dejaba de acecharme por si las dudas le mirasen a su urraca rubia. Y a eso de la altura de lo de Cris mañana, o sea, la cancha de Vélez para los no entendidos, se paran los dos tipos. Mierda que se conocían! Cuando los dos amables compañeros de banco ya habían tocado el timbre y las puertas del bólido rojo se abrían con el mismo en movimiento, me azotaron a más no poder. Y las tuve que contar; 7 piñas y 1 quedate quieto. A la cara, a la panza, pecho, pecho, panza, nuca, pecho, hombro. De un salto gacelezco y con sorprendente agilidad para su edad bajaron del carromato con mi teléfono celular Nokia, mi bolso y mi gorrito. Bulldog miraba pero solidario. Urraca no miraba por las dudas. Conductor y su "están todos bien". Y yo carcajeando con aliento a pucho y Topline; desgracia con suerte jefe!...no me pegaron en la nariz.

MAD

Siempre fuiste, sos y serás letras en mí. Para leerte. Capaz alguna vez seas un poco más, o un poco menos, como en la página 22, ésta. Y es que si bien el capítulo, o llámese como desee, en el que los títulos eran sólo una palabra, ya había terminado, merecía esto, todo esto, una explicación. Ojo, ni yo la tenía. Pero los lectores piden, sabés? Y preguntan; que pasó al final con la chica esa que tanto...? Y? Se arreglo el tema de...?
Es que son pochocleros, de los de finales felices. Salvo que acá no hay un fin. Capaz que porque en mi caso "el fin justifica los Miedos".
Sólo tenían que entender que era parte, ella, de mi locura. Que el loco soy yo y el equivocado. Que no la odien por el mero hecho de cagarles el final. Que la entiendan, que necesita el tiempo. Lectores! De a uno por favor. No sofocarla es parte de mi locura...
Loco, loco, loco...cuando amanezca en mi porteña soledad; crazy, MAD! A ella que le gusta tanto el inglés, o los ingleses, ya ni me acuerdo (mentira, me acuerdo todo).
Pero está bien así la cosa. Y loco, loco, mad, crazy, sigo como siempre con el corazón contento porque el librito ese, musa, sigue ahí, y está bien.


jueves, 26 de abril de 2012

Doble Viaje (triple en realidad)

Tarde otra vez! Bueno, no tanto como otros días... Astor no leyó en el viaje. Hoy no había lo que quería. La música acompañólo (lo acompañó) hasta que... cambio de persona...
En Haedo/Ramos/Villa Sarmiento triple frontier al 166 se trepó un loco, de esos que admiro, rubión, con cresta, pelo azul y un megáfono. Que buenas las mañanas que destruyen la rutina del viaje con esos detalles. Gracias! El loco con su voz metálica, una hermosa voz, hacía chistes trillados. Yo me había sacado los auriculares para regalarle mi entera atención al artista. Le obsequié sonrisas de varios colores, y hasta una pequeña carcajada muda, cómplice. Ah, tambien un billete verde. El loco se estaba por bajar y dijo palabras muy ablandadoras. Excelentes verdades, obvias pero lindas. Sincero el loco.(Otro pasajero se veía morir porque el megáfono no lo dejaba hablar por celular)
Viaje, viaje, carril único, pac, avenida, fiun, autos pasaban, fiun, fiun, derechito, John Be Just, PAC, Corrientes, Puente, Honduras y Pacífico al fin, bajé pacífico y hasta ahí nomás. Subte no hay, yerba poca. Al 39! Espera larga con hambre y ganas de un amigo con quien conversar entre su humo.
Llega el marroncito y blanco casi lleno. El chofer poco amable, que suban! grita. Dejo pasar dos Señoras, una vieja y una chica. La vieja desagradable, por eso el trato de llamarla así. El chofer, maestro! no me tapes el espejo. Astor (yo), es como pedirle a los pobres novillos en esos camiones, que no se toquen entre ellos, capo!
Y empezó el permiso por favor, perdón. El chofer, pasito para atrás señores. El meneo para evitar ser llevado por bolsos enormes de mujeres pequeñas. El contoneo de la mirada fea al que pisa de mas en cantidad o calidad. O el que toca el culo. Y apoyados, y acostados sobre mi, muchos. Preferiría muchas. Chica parecida a Fuckencia o Derpina, otra naricita respingada, Pibe Granos y mirada perdida. Señora con rasgos aborígenes indignada. Y de repente cada movimiento era analizado. Como la noche de añasigualpa, pero mas conciente. Y despues de todo esto, y la música, frenamos en Azcuénaga. Digo Azcuénaga para citar alguna calle, porque en realidad creo que eran una o dos antes. Miro por la ventanilla, porque Fuckencia miraba y le decía a su novio adulto que mire el perrito. (ahh!mirar...) Y en un balcón un nene con un perrito gris al lado. El perro taladraba con su ladrido todo silencio que no había en Avenida Santa Fe. Pero me centré en el nene y su pulovercito de lana gris con celeste. No era un pulovercito de Cheeky ni de Mimo, por suerte. Parecía de abuela o bisabuela. Y el nene no era de este tiempo tampoco. En vez de estar enfermándose con la Playstation o la tele o la compu, estaba en el balcón, con su perrito, imitándolo ladrar. Tan inocente juego. Y lo que culminó la perfecta escena digna de publicidad, fue la lamida (lambada perruna la llamo) del perrito gris en la cara del nene, y él abrazándolo con una sonrisa eterna.
Fue el tercer viaje. Este por el tiempo.

Cuento Borgeano (por si los derechos)

Era luna roja en Castelar, como en Criptón, y a la vez algunos extraños sucesos se suscitaban... La luz del baño prendida, pero, si la había apagado! Las tertulias de los duendes del patio oscuro (hoy embebidos en la luz roja de ya saben quien). Morfeo luchando con mi hermano y adivinen quién no gana. Pero mas que nada yo. Me había casi (obligado) propuesto leer a Borges. No le voy a decir Jorge ni Luis, porque no hay la confianza que tengo con Julito. Julito senses in me. Ya mi primer encuentro, de chico con JLB había sido prejuicioso. Malo. El Aleph me había clavado en la sien un aburrimiento atroz, como los silencios de Doña Aprile de lengua y literatura, que nos detestaba por sacralizar el recreo. (Nosotros no la odiabamos por el hecho de que no tolere la lactosa. Por otras cosas, si!)
Y la segunda cita con el ya citado no era muy alentadora. Diferencias a saber; tenía el libro en la mano, no una fotocopia de fragmentos del mismo. Crecido el intelecto tras crecido el cuerpo unos 13 años "aprox". Encaré el libro desde el principio, desde el final, espiando los títulos y nada...no había feeling, ni feedback. Hoy no es el día definitivamente... Borges y yo, tendremos una tercera cita...

los naipes de los abuelos, o de las mujeres de Astor

Astor ya había cometido errores suficientes como para pensar demasiado en el movimiento próximo de su alfil. HabÍa cometido el error de las de cara larga, de las quijadonas, de las culonas, las flaquitas, las testarudas, las frías, las lejanas, las tetonas, las perfectas, las humanas, las rubias, las amigas, las que no tendrían que haber sido, de las que le enseñaron, de las que conoció en un boliche, de las que no conoció, de las que le gustaba bailar demasiado, de las que no les gustaba nada, de las compradoras compulsivas, de las que no se ponían en su lugar, de las que esperaban, de las que no conocían nada de el, de las absorbentes, de las que dejaban que se equivoque, de las que perdonaban demasiado, de las que le recordaban en ciertos aspectos a la madre, de las imposibles de caricaturizar, de las que no tuvo por frenarse, de las que no atienden el telefono, de las que daban los besos mas hermosos, de las que tenían un pelito cerca del pezón, de las que no se higienizaban bien, de las obsesivas, de las ordenadas, de las que miraban y despues arrugaban, de las que no sabían cocinar, de las que tenían padres demasiado queribles, de las esotéricas y pueriles, de las que amaban los gatos, de las que faltarán nombrar. Astor tiró el tablero y puso sobre la mesa (limpia, como se sentía el) una cajita marrón de tapa transparente ceñida por esas gomitas que sirven mas que nada para tirarle a otro con los dedos usándolas como proyectiles. Sacó uno de los dos mazos de naipes franceses, con el reverso de dos lobos marinos, algunos en azul y otros en rojo. Recordó la vieja enseñanza del abuelo, y empezó a jugar al solitario.

miércoles, 25 de abril de 2012

Fenómenos migratorios del transporte público

Mi mirada y mi sonrisa clavadas en una cromática pelirroja que descombinaba alegremente sus colores y los de su ropa desprolija y sus ojos turquesa. Mientras yo, sentado con cablecitos de música en los oídos y charlando en silencio con Julio, en un doble asiento del 166. El colectivo se mantuvo a tres cuartos de su capacidad de pasajeros sentados, si es que calculé bien. Lo analizable eran las migraciones. Es un fenómeno que se da cuando la persona sube al colectivo y sólo quedan asientos compartidos. En principio con caracúlica expresión acepta el martirio de compartir su viaje con un perfecto desconocido, que bien podría ser un hermano perdido, o un gran amor por encontrar, o una linda charla, pero no. El momento en el que uno de los afortunadísimos pasajeros de la izquierda, los VIP, los que viajan con su soledad, se levantan de su trono, AHI! Ahí se da el fenómeno migratorio! Los de la izquierda de la derecha, es decir, los que dan al pasillo de los asientos dobles, ya están con los motores rugiendo, amagan el paso en falso y...zas! Sólo sobrevive el más apto! El que logra liberarse de ese sometimiento de compartir un asiento con un X, luego de pique corto y contundente, llega al ya desocupado y solitario asiento como el que llega a fin de año sin ninguna materia que rendir. Esa liberación de estar solo... Y con caracúlica expresión se pone a mirar la ventana, dormir, o capaz anhelar estar charlando con alguien.

Del placer de lo casero, o el temprano extrañar…

Y esos agnolotti, o añelotis como le dice ella fueron mas que un manjar, una sonrisa en el cuore. Hace cuanto no sentía el sabor de la comida de ''mamá'' en un 'lugar lejano'. Porque hoy tenía el sello de Anita. Y si bien, los que me conocen saben que defenestro toda habilidad gastronómica de la Pety, (siempre refiriéndome a mi madre) exceptuando las gloriosas empanadas de carne catamarqueñas que canonizan aún mas a esta mujer, se puede decir que hoy empecé a extrañarla. Porque si se da, bien, lo de mudarme pronto, y aunque tarde o temprano se dará, me sentí hoy en esa cocina rodeado de gente que pese a tenerle afecto es ajena a mi en cuanto a árbol, y vuelvo… me sentí en casa. Diría que mas que en casa sentí ese cuerpo chiquito de hermosa tonada aterciopelada y de piel suave con  ojos de mate al lado mio. Ese cuerpito que una vez fue mi mundo, que una vez fue el mio tambien, llegaba desde mis papilas gustativas a mi cerebro y mi sonrisa. Anita, siempre presente y ya, si me estoy por ir a vivir solo, ya te estoy extrañando. Y quien no extrañaría a una Anita?

Avanzando casilleros

Y no es ni segunda parte porque la primera no fue primera... sinó etapa nueva, y la Zeitgeist sigue andando!!! Así te quiero ver...



martes, 24 de abril de 2012

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Transición

El primer capítulo (o parte) llega a su final (qué estructurado!) con particularidades, tan propias como anecdóticas. Tan únicas como imperceptibles. Y un rico sentimiento de satisfacción por una especie de cierre de etapa, o de maduración. Y empezamos a transitar lo nuevo...

añasigualpa

(difícil de entender)
la imagen terrenal no la observaba capaz por la admiración y el amor que le tengo...
que está en un pedestal, puede ser lo que me dicen...
ver la verdadera imagen de la musa puede ser frustrante...
tener,,, peligroso...poseer...
hermosura, libido, placer sexual por ella. SI, ahora? En que quedamos?
Perdón. No corresponder. Mas que nada tiempo, momentos. Y vos con la mirada asi, y yo tan embobado, y el beso que sigue, y bueno.
Tratar de ver lo feo? de buscar errores? defectos? para qué?
Entonces blancuspia furiosa! Siempre queriendo mas! Yo asi... vos y la mirada en mi, yo en vos.
y cada movimiento mio una palabra desconocida.
Tenía algo mas!!! El corazón en el pecho y en la garganta, los dos. Los corazones al mismo tiempo. Y si, síntomas parecidos. Señal de que NO! Capaz. Una locura! Qué nos dieron de fumar? Que buena experiencia. No quería arruinar el cumple de Marshita. El viejo no lo logró. El joven si?
Mas quiero y menos quiere. Suficiente. Dejar rodar el balón en la cancha.
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Intervalo
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Sigo en pie...

jueputa

Uno suele hablar atolondrado por la vida sin pensar en un segundo lo que significa aquella palabra que escupe de su boca. Uno suele decir cosas muy a la ligera sin pensar en su significado, siendo que existe una imposición aceptada llamada lenguaje que todos adulan. Pero existen los lunfardos, los dialectos y las ganas de decir las cosas como uno se le canta la gana. Entonces en una charla le decía 'hijo de puta' a un tercero en discordia y llegabamos a una pequeña disputa. Ella que decía que la mamá de el no era prostituta, o que había que ver si fue asi. Yo con mi postura de que el ´hijo de puta´ese era un genio, porque me despertaba admiración y sentimientos. Eso es para mi un ´hijo de puta´. Ese ´hijo de puta´que quiero tanto!

angustia

Algo así como era, era algo así como...un coleccionista. Coleccionaba microfagocitos. (Palabra que tiene una definición propia, pero que Astor le otorgaba a esas pequeñas partículas transparentes que vemos cuando miramos al cielo acostados en la terraza. Claro, para el, cada una significaba un sentimiento)
Astor estaba ObSeSiOnAdO por una figurita del conjunto. Estaba en busca de "angustia". Pero le decían todos que se olvide de la "angustia", para que tenerla si sólo trae problemas. Y el tipo, que no! Que yo la quiero! Y se obstinaba en conseguirla. La cosa es que atrapar microfagocitos no es un trabajo para cualquiera (el era un mediocre cuasiprofesional) y menos una figurita tan ansiada como la angustia. Tan deseada.
Si bien uno construye y posee sus propios microfagocitos (desde ahora los llamaremos "microfagocitos", ja! Caíste...) a veces puede tomar los de otros por equivocación, pero nada grave. Se arregla con carta documento de por medio, apretón de mano, y a otra cosa mariposa, despues de dos Leguis. Entons'... Cuando Astor divaga se olvida de la angustia por un rato, pero despues vuelve la boba gana de poseerla. Cuánto tiempo mas?
Tons'...que gana? Si cuando la tiene...porque a veces uno tiene a los microfagocitos, que no significa atraparlos... Si cuando la tiene es tan feliz con su angustia... Entonces. Entonces, nadie lo entiende y deja el tiempo y el azar a cargo y procura no pensar mas en los microfagocitos y en esa última figurita que le falta. Despues de todo, la angustia va a aparecer por no tenerla... Existiría capaz en su propia ausencia...
Entonces (si, otra vez entonces) se propuso cambiar de postura. Ponerse en lugar de la angustia. El experimento le hizo peor. Se preguntó si para la angustia (tan preciada para el) él era un coleccionista mas...uno mas del monton, que si bien le podıa dar el mejor microfagocitero (casa de microfagocitos) y protegerla, hay que ver si ella quería eso.
Conclusión: juntar figuritas repetidas.

lunes, 23 de abril de 2012

Viejo

Ya había subido al BG con suerte de llegar segundos antes de que arranque. Tranquilo, como casi siempre. Encontré un asiento vacío de los dobles, ¿vio?
El hombre de al lado de repente me inspiró miedo... Y mire que no soy de tener miedo a nadie... Ni a los chorritos de Morón (o Morín según quien lea), ni a la loca q miraba en la linea B. Ni a la bandita a la vuelta del Luna que me pedía que no acelere el paso. ¡Pero el hombre era tan marrón! Tambien era gris oscuro y negro, en sus estáticos 176 centímetros de arrogante vejez. Como con el territorio marcado y en firme posición de codo sobre mi medio lugar, y claro, mano en los bolsillos hace brazo en jarra. Pero ocupa mas de lo que debe. Y me asustaba el gesto brusco ante mis intentos de persuadirlo. Uno trata de ser respetuoso con la gente mayor, ¿me entiende?. Haciéndome el dormido le tiré la carrocería encima, y el viejo no cedía. Estuático y estático en el asiento, con la agenda en el zobaco izquierda que daba a mi lado. Sabía q no aguantaba mas...Empezó a zapatear la derecha como con nervio severo. Giró la cabeza y si es q miraba, miraba hacia afuera. ¡Pero viejo de mierda! Decia por mis adentros mientras la música balcánica me endulzaba el corazón bucovino, pero faltaba para eso en la noche, y el tema era el viejo. No el anciano ni el hombre, ni nada... ¡El viejo! ¿Cómo se puede ser tan testarudo don? Ya se que de vez en cuando me agarrran esas mañas pero, por favor. Encima se persigna. Como pidiendo q 'dios' lo avale en la maniobra. Es insoportable. Ya hace minutos que una transpiración magmática me recorre la espalda y la seco antes de que llegue al coxis con la mano helada..como mamá me hacía cuando era chico y corría mucho, y despues el Talco Heno de Pravia en la espalda, santo remedio. ¡Lo peor es que estoy hirviendo! Y esto de sacarme y ponerme el canguro, y de ponerlo y sacarlo era su oportunidad perfecta para ganar territorio...el tira y afloje...el empuje...la cinchada se ponía reñida. Incluso era benévolo y piadoso con el pobre viejo de mierda sabiendo que en cualquier momento se le acaban las fuerzas... Y los pies ya los tenia cansados, ¿eh? Pero no puedo darle el gusto. Ya me hizo contracturar y no pienso arruinar el cumpleaños de Marshita por un vegestorio caprichoso... No, no y no!!! Ahi vi el miedo! Ya se porque tanto miedo al viejo marrón, pelado, de tez blanca, ojos claros y estaticos 176 centímetros...
(El viejo se bajó y yo gane por ahora)

viernes, 20 de abril de 2012

cayó

Astor tenía el ego pisado por sus plantas y necesitaba una estúpida ceremonia. Que le dijeran que estaba lindo, que no estaba viejo. Astor quería alguien que de vez en cuando cumpliera los honores de novia, pero no quería novia. Se sentía totalmente saturado de ver parejitas por todos lados. En ese momento quizás envidiaba a los tórtolos y pretendía imaginariamente una figura complementaria. Una vez en el mundo de lo real no avalaba esa idea como propia. La detestaba. Pero estaba cabizbajo, se sentía feo, fuera de moda, poco mirado, despreciado. Olvidado.

Jugar

No era mas que un quejido, una lucha, un gesto para llamar la atención y sentirse querido. De que sepan de que los Astors (muchos Astor) tambien necesitaban ser tomados en serio, ser queridos.
Pero no pensaba mas que en juegos y en como los resistía. Mejor otra cosa... siempre que los amigos proponían pasar una noche de jueves con esas cajas medio rotas, con piezas faltantes, cartoncitos tajeados, cartas marcadas...
Los juegos de mesa eran muy difíciles de ganarse el amor de Astor; las escaleras en el chinchón le parecían aburridas, ni tampoco le gustaban las mujeres que eran fiel copia de uno. Las sufría.
Los juegos de estrategia lo hartaban. Ese equipo rojo esperando a que el azul ataque Kamchatka o Colorado. Tan pasivo. Las mujeres así lo sofocaban; esperando siempre todo y nunca dando ni un paso a la gana de ese primer beso.
Los dados le interesaban mas por lo azaroso, pero... pocos colores. Las mujeres monocromáticamente simples le aburrían al punto de dolerle los ojos y la libido. Para cosas comunes camino por calle Florida.
A Astor le gustaban los patios, el tango en un balcón frente a Atlanta, las adivinanzas con el mas chico de la familia, el futbol sin discurso político, la arena entre los dientes y en todo el cuerpo, las pizzas amasadas con amigos, las carreras de mente y de cuerpo, los placeres básicos de un buen vino (San Telmo zafa en épocas de alquiler), las empanadas de mamá pero con su sonrisa, las pescas a las que falta siempre y los chancho va con trampa... Esos son juegos carajo! Ah, y la vida...

martes, 17 de abril de 2012

AEscondidaS


rutiniciativa

y al final tenía tantas ganas de tanto y tan poca iniciativa, hoy. Sólo estaba haciendo lo que era debidamente correcto, pero nada de arriesgar. Habría que dejar eso para otro momento.
Alrededor las diferencias de monto no le daban al contador, y la falta de saldo nos dejaba inválidos. Nos hacía mas trabajadores del sector público. Pero las ganas seguían ahí, pero el cuerpo sentado. Las manos y los ojos lo único visiblemente móvil. De vez en cuando miraba a los costados y sonreía. De vez en cuando algo gracioso surgía, o miraba a los ojos de los escritorios cercanos. Pero nada mas que eso...

lunes, 16 de abril de 2012

ObseRVsión

Casi como entre culto, herejía y hobbie. Las miraba una a una procurando que cada una no se de cuenta de que miraba a otra. La casinevetable clasificación del caudal de cuerpos observados era insoportable y ciertas veces sorprendente. Era un pseudosíntoma, un cuasimartirio a veces, por no poder evitarlo.
Lo bueno es que cada una tenía algo que la otra no. Eso es lo que las hacía tan especiales. Aunque bien se las podía clasificar en categorías. Lo insano era la obsesión por mirar. La desesperación por no ser obvio. Casi un ''stalkeo'' visual.
Decía que le gustaban casi todas, pero lejos de denominarse un sexópata, se defendía con el argumento de encontrar una joya en cada una de ellas. Lo que si, tenía debilidad por algunas, y por otras un rechazo. La gente gorda no le gustaba, imposición de su madrina desde chico que le había dicho que esa gente no tiene oportunidad en la vida y que procure nunca ser uno de ellos.
Casi como entre culto, herejía y hobbie, no dejaba de mirarlas una por una. Una tras otra.

miércoles, 11 de abril de 2012

estrany

Asi como en algunos deportes de conjunto se hacen cambios en el equipo. Asi fue. El cartel electrónico anunciaba en luminosas letras rojas la sustitución... Salís vos, entra la lluvia... La cancha es la zona geográfica por la que me mueve la rutina, incluyendo esos atajos de placer, y otras escapadas fugaces y repentinas. Lo que importa es mojarse la nuca. Me lo repetía mi autoridad en la pileta, y vos desde allá, tan lejos pero tan cerca. Tan lejos pero no te fuiste. Tan lejos pero ya volviste. Tan lejos y no tan lejos. Que rico beso empapado. Que linda mi nuca mojada y tus hombros fríos.