Siempre
fuiste, sos y serás letras en mí. Para leerte. Capaz alguna vez seas un poco más,
o un poco menos, como en la página 22, ésta. Y es que si bien el capítulo, o
llámese como desee, en el que los títulos eran sólo una palabra, ya había
terminado, merecía esto, todo esto, una explicación. Ojo, ni yo la tenía. Pero
los lectores piden, sabés? Y preguntan; que pasó al final con la chica esa que
tanto...? Y? Se arreglo el tema de...?
Es que son pochocleros, de los de finales felices. Salvo que acá no hay un fin.
Capaz que porque en mi caso "el fin justifica los Miedos".
Sólo tenían que entender que era parte, ella, de mi locura. Que el loco soy yo
y el equivocado. Que no la odien por el mero hecho de cagarles el final. Que la
entiendan, que necesita el tiempo. Lectores! De a uno por favor. No sofocarla
es parte de mi locura...
Loco, loco, loco...cuando amanezca en mi porteña soledad; crazy, MAD! A ella
que le gusta tanto el inglés, o los ingleses, ya ni me acuerdo (mentira, me
acuerdo todo).
Pero está bien así la cosa. Y loco, loco, mad, crazy, sigo como siempre con el
corazón contento porque el librito ese, musa, sigue ahí, y está bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario