jueves, 23 de febrero de 2012

afuera

...y de pronto parecía que la noche estaba por caer, pero no se sabía. Porque las paredes rosa viejo no dejaban entrar ni una gota de luz, ni salir un pedazo de alma. Sólo había un cañito por donde recibían oxígeno. Aire puro del de antes. Porque ese cañito cumplía un proceso de purificación que transformaba al aire del ambiente en un aire como el de hace años. Como el buen aire. La comida entraba desde las puertas del infierno... de un lugar aún más oscuro al que había dentro de la caja donde estaban. A veces se veían sombras en la penumbra. Sobre el negro se veia un mas negro en forma de silueta humana que intentaba esconderse. ¡Era como interacción social! Casi un orgasmo a las relaciones humanas para ellos. Un impulso fuerte. Y cuando fijaban la mirada en otros ojos, de los de ahi abajo, era increíble. Un goce extremo. Tenían tema de conversación para toda la semana. O bueno, para mucho tiempo. No se tenía noción del tiempo. Sólo a veces se intuía que era de noche, o de día. Ni siquiera las gotas de las copiosas lluvias ácidas se escuchaban. Las cajas estaban totalmente aisladas de todo estímulo. No había posibilidad de interacción con el exterior. Algunos de los que estaban adentro ya se habían olvidado de hablar. Otros ya no sabian sentir. Muertos vivos. Eran los menos, igualmente. La mayoría sabía lo que quería pero no podían hacer nada para salir. Querían estar afuera, por mas que era malo para ellos. Querían lo prohibido. Aunque sea las puertas del infierno.

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