jueves, 17 de enero de 2013

maconha...o las cartas de la griega.

No creo que a la griega le fascine la posada del Remanso. Si bien es aventurera y despreocupada en partes, apostaría que su intrépida faceta es mas arenosa y pregnante, una raiz de sal húmeda. Escribir de ella me confunde hasta la luna, con ladridos de fondo. Confusión controladisima... Ella en este momento debe estar entre rubios colegas, y yo con dos octogenarias. Gajes del nivel de cada uno. Si bien como sabe ella, yo la amo, también conoce con detalles mis intenciones que no son más que enamorarla hasta un punto final, una coma, o puntos suspensivos. Sino de la magia qué? Ella abrumada hasta el sol con limas sutiles de fondo. Abrumación controladisima... La griega plena, con trampas all inclusive y una duda latente; por qué seguía queriendo a un inepto, que no era yo, y otra incógnita que superaba con creces a la anterior; un clavo sacará a otro clavo? Desde mi almohada fucsia recibía toda su intinerancia vacacional: "fue una cena tranquila con ellas y los demás. La comida atractiva y los tragos empezarona actuar antes del postre, ya sabes. Si bien no es mi fuerte bailar, y menos en tierras de samba con ese, esta noche fui el centro". Y vaya que necesitaba serlo para sentirse mas segura aún. La noche tenía aroma a excesos y jolgorio. "Los besos en la arena fueron mas excitantes que el bossa nova de Tito, un lugareño" proseguía la griega. "No pensé en nada y eso ayudó. De él, ni noticias, es mas, ya casi lo había olvidado hasta ese momento". "Este muchacho es hábil en la cama, aunque no fue en una cama precisamente". "Gracias por leerme, espero alguna anécdota tuya". Y me fui a dormir con una sonrisa gigante y un te amo precoz, otra vez. Uno de esos que nadie entiende.

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