Mirá, de mí siempre vas a encontrar esto. Una acogedora
noche de colchones en el piso y vino barato, y tabaco sucio. Un abrazo sincero
y compasivas palmadas en el alma, una gran apertura y un ida y vuelta
psicoanalítico que de veras disfruto.
Mi vida de monoambiente y besos entre telones y biombos se forma de esos momentos, de los que con gusto sos parte. El compartir de hermanos y el intercambio de experiencias, de miras al futuro y de bocaditos de pasado. Y es ameno.
No te ofrezco nada más que lo que soy hoy y lo que seré por largo rato. Entre frazadas viejas y espirales en el parquet, con esencias y sahumerios inundando la atmósfera caoba y unas cenas improvisadas al son de una música que nos guste.
Mi vida de monoambiente y besos entre telones y biombos se forma de esos momentos, de los que con gusto sos parte. El compartir de hermanos y el intercambio de experiencias, de miras al futuro y de bocaditos de pasado. Y es ameno.
No te ofrezco nada más que lo que soy hoy y lo que seré por largo rato. Entre frazadas viejas y espirales en el parquet, con esencias y sahumerios inundando la atmósfera caoba y unas cenas improvisadas al son de una música que nos guste.
Al fin y al cabo somos eso. Dos amigos de paso, dos almas en
búsqueda que creo en lo más íntimo que nunca se encontrarán del todo, porque no
somos…
Que te tengo un cariño cautivante, así como vos me querés. Perdidos en una ola de falacias y obligaciones que nos tocaron. Un entendimiento mutuo y una llamada al delirio.
Somos una bocanada mensual. Casi rutinaria diría.
A veces imagino que un futuro nos cruzaríamos nuevamente, quizás con un largo de tiempo de no vernos, y que sería parecido, pero no igual. Que los hilos de cada individualidad no son mas que un nudito en la barriga o un consuelito de vez en cuando.
Es que nunca seremos más que eso. Un pequeño salón de café y charlas sordas, y mucha piel, y quizás algún beso furtivo, pero no más.
Que te tengo un cariño cautivante, así como vos me querés. Perdidos en una ola de falacias y obligaciones que nos tocaron. Un entendimiento mutuo y una llamada al delirio.
Somos una bocanada mensual. Casi rutinaria diría.
A veces imagino que un futuro nos cruzaríamos nuevamente, quizás con un largo de tiempo de no vernos, y que sería parecido, pero no igual. Que los hilos de cada individualidad no son mas que un nudito en la barriga o un consuelito de vez en cuando.
Es que nunca seremos más que eso. Un pequeño salón de café y charlas sordas, y mucha piel, y quizás algún beso furtivo, pero no más.
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