miércoles, 27 de febrero de 2013

Klaus y los niños

Si hay un rasgo que admirabamos de Klaus era su visión sobre los niños. No sólo era un experto niñero, sino que los respetaba como personas, como entes en construcción pero entes al fin. No como medios entes ni pedazos, sino como proyectos. Ese trabajo que él consideraba determinante en la creación de una persona o personalidad, para él, sinónimos. Si al fin y al cabo la perfección no se adquiere con la adultez, ni mucho mas. La perfecta persona era aquella que nacía; la tabla rasa que aprende, que quiere aprender. Aprehender. Todo contenido era fundamental y con mas razón cuanto mas joven se era. Por eso la magnitud del correcto trato al niño. Desde sus 25 años intentó explicar su método a través de un eternamente inconcluso libro. Claro, nunca estaba con tiempo.

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