lunes, 10 de junio de 2013

Un café en París


Ya nos veo, los tres idiotas, cantando canciones vivaces que sólo nosotros conocemos, más extranjeros que nunca, más en casa que otras veces.
Recorriendo casi a correteadas las rue y les pasages por la ansiedad de hacer nuestro cada rincón, de devorar cada partecita de París.
Alguno de los tres tropezando en algún escalón tramposo, o las payasadas en el empedrado cobijados por esa inhibición que dan los kilómetros de distancia.
Contando las moneditas, tentándonos con cada recuerdo, con cada aroma.
Nos imagino en un café, afuera, quizás alguno fumando o con libros, en una mesita que no se por qué sería verde inglés, afuera, cerca de algún espejo de agua, regocijándonos, mirándonos y sonriendo casi con vergüenza, con una risa que se traduce en un ‘al fin’.
Merodeando con los mapas, siguiendo las huellas de Julito, de alguna película, sacando fotos a cada movimiento, compartiendo.
Ya nos veo, los tres amigos, contentos por un capricho que se tenía que dar, por algo que teníamos que hacer cuanto antes…

No hay comentarios:

Publicar un comentario