jueves, 29 de marzo de 2012

escenae

El escenario no es para cualquiera. Por eso yo a veces me pregunto qué hago acá. En frente de tanta cantidad de gente, que como en la vida, sólo una pequeña porción de ellas valen la pena. En el teatro todo el público vale la pena. Pero la metáfora de la visibilidad me deja tejer una analogía con las personas con las que compartimos todo el espacio vital del mundo y esas primeras filas que son las únicas que ves desde el escenario. Otra de las características que la actuación nos permite descifrar es el hecho de sentirse protagonista. Tanto en el escenario como en la vida. Quizas a veces nos confundamos y pensemos que actores secundarios de nuestra historia merecen nuestro cuerpo o nuestra posesión (llámense parejas, familiares, amigos) pero mas allá de todo, el ego centrum capitae vitalis es uno mismo...

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