miércoles, 28 de marzo de 2012

miradas

Y no entendía el discurso de un político porque no le llegaba a donde el quería que llegase. A ese sector de el, donde algo activaba y tomaba un matiz profundo. Necesitaba que le hablen, pero era mas placentero cuando, de nuevo lo digo, le llegaba. El método era así... Analizar las palabras del parlante ser de enfrente. Comerle el cerebro con una serie de preguntas y así seleccionar tras una serie de concretas asociaciones, el color del ser. Claro que la mirada era primordial en ese trabajo, y para detectar el color del alma se prioriza interpretar esa mirada cromáticamente.
A modo de guía; pequeña serie de tips para lograr ver el color de miradas (sin importar el color de ojos).
De rojo a azul. Son los extremos.
No hay malos ni buenos... El azul es la mirada perfecta en este subjetivo método yoico (tan mío como mi alma. Tan personal como mis palabras)
Las miradas azules son puras en escencia. La pasión prevalece en ellas. Son extensas y pacientes. Pensantes como el mar. Miradas de charlas de café de sonrisas correspondidas.
Un tono mas abajo las celestes, con algunas inseguridades mas. Temor a lo incierto en busca de otra mirada y con tendencias amarillentas. Tímidas al tacto.
Las verdes suelen ser casi perfectas. Con el ego en su lugar aunque a veces escondido. Tienden a la autodestrucción por épocas y a apasionadas charlas.
Las miradas amarillas son miradas en maduración. Tienen en sí cierta pasión pero les falta enfocar los objetivos. Cierta toxicidad sigue alimentándolas en sus auras.
Las miradas naranjas son rencorosas. La pasión pasa a un segundo plano y se subleva lo irrisorio de las opiniones ajenas. Son pálidas.
Las rojas tienen mucho odio. La pasión es su odio, y su motor una venganza hacia algo que desconocen. Resentidas miradas estas. Buscan y esperan demasiado. Erran en el camino.
Esto es sólo una guía y lejos de ser una suerte de horóscopo, debe entenderse que no se pude ver el color de cualquier mirada. Sino sólo de aquella que se quiera dejar ver.

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