lunes, 26 de marzo de 2012

ojitos

Por suerte nunca nadie me había llamado así. Y es que en verdad es una especie de casimolestia, mezcla con vergüenza y post-discurso en contra cada vez que se hace alusión a los ojos, y no a la mirada. Como todo lo que se relaciona con la belleza física no es mas que puro azar genético, los ojos no son la excepción. En 'mi' predilección, es necesaria, si es que la fuera a haber, una alabanza, o mas que nada un halago a la forma. Obviamente la mejor observación sería leer la mirada o mejor aún perderse en ella. Pero hablando de lo físico, la forma me parece relevante. O el acompañamiento de cejas y pestañas en composé. Pero le gente admira el color. Y más cuando es claro. Yo amo los ojos negros y marrones. Muchos ojos claros me gustan pero al tener yo un par de esos les tengo idea.
A la vista suenan a agua salada. O sea tres sentidos en un ojo! Pero son tan débiles!
Hablo de los mios que son los ojos que mas suelo usar...
Se vuelven locos con el sol y manchitas blancas suelen tapar partes de la escena. La luz artificial y de las pantallas los alteran y pueden juntarse con el hígado de un fin de semana agitado para darte los peores dolores de cabeza. El cloro los irrita al punto de volverse rojos punzó, pero furiosos! El viento los hincha cuando les tira tierra o arenilla, o aire mismo. El frío los achina. El humo, aunque hay de diferentes simpatías para ellos, los hace arder en llamas. Y llorar, eso depende del color de la mirada.
Fue gracioso lo de ''ojitos''. Nunca pensé que me podrían llamar así. Por eso te pedí, les pedí, que me llamen Victor. Y ahí empecé a darme cuenta de que me gustó mi nombre.

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