lunes, 27 de agosto de 2012

juegos

Me di cuenta que habia empezado a madurar cuando la rayuela era de preferencia mas divertida que la mancha. Era más pacífica; uno parado analizando primero el panorama dibujado en tiza o piedra, o pedacito de ladrillo. O con rama en el caso de jugarse en terreno arenoso o terroso. Segundo factor de mi preferencia lúdica, el cálculo y la decisión; dónde deseaba que la piedrita cayera y luego atinarle a ese deseo usando la biomecánica del brazo y todos los segmentos complementarios (músculos agónicos y antagónicos) que completen el movimiento de lanzamiento. Ya a esta altura de la mancha yo estaría todo empapado en mi sudor salado y con la vista enchastrada por lo mismo. Además mi resistencia hoy no es la de aquellos tiempos por culpa de tantas cosas. La rayuela continúa en la búsqueda; ir por ese objetivo que se lanzó como proyectil a un firmamento, a un panorama apenas dibujado, para una vez que volvamos a tener ese testimonio entre los dedos, todo se vuelva menos irrisorio y más real, más leal a lo que se es hoy en día; un adulto que no transpira por correr con sonrisas, sino por estar apretado en el subte yendo a la oficina. La mancha a todo esto no tenía mucha mas vuelta que esto! ''Tocado'', ''sos vos'', correr, ayudar, salvarse a uno, salvar al otro. ¡Sí que tiene valores! Pero el hecho de correr tanto fue lo que determinó a mi preferido.

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