viernes, 29 de junio de 2012

día malo

Astor había tenido uno de esos días de los que hace mucho no tenía. Su celular movil se le despedazó en el suelo apenas se levantó. Todo desconfigurado (y todo) lo armó pieza por pieza. Hasta el chip se le salió. Llamó a la oficina y dijo que trabajaría desde su casa. Citó a una de las bailarinas para la tarde. Mientras desayunaba una sopa vieja, el apagón fue inminente. Todo el barrio sin luz artificial por dos horas. La bailarina tuvo que subir las escaleras de los 10 pisos junto con Astor que bajó a abrirle. Maldita electricidad! Se sentía apurado, ansioso; no sabía que le pasaba! La muchacha obvió el inconveniente energético y la entrevista terminó entre risas. Le mostró el balcón. Astor tenía hoy un vértigo terrible. El mas terrible de toda su vida. Tenía deseos de caer desde el décimo hasta ese cielo gris de concreto que dibujaba el pavimento. La luz volvió y con ella la música. Se sentía loco. Temblaba. Convulsionaba en pequeños zacudones. Parecía desintonizado... Despues de caminar por los techos y de nadar cuerpo a tierra por el parquet decidió llamar a su secretaria. La hora de su ordenador no coincidía con la de su teléfono móvil. Cuando la duda fue despejada Astor sintió un alivio tremendo. El vértigo desapareció por completo. Había vivido todo este día con una hora de anticipación...

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