viernes, 8 de junio de 2012

Más que un color

"Violeta era un caso más, de los tantos que hubo en esa época. Era una chica común, alegre", y así terminaba Jorge de hablar, y todo el Teatro de pie con ovación prendida a los aplausos estruendosos a él y a sus dos colegas (Estefi y Leonela).
Pero Violeta (la otra Violeta) no era tan común. La vi una sola vez y lo que más conozco de ella es por su amiga viajera (y escritora) que la canoniza. No es para menos; una mujer linda, radiante. Tiene un imán energético, una llamada al suspenso y una simpatía irreprochable. Se sienta en una mesa con el novio y todos la rodean. Pero tiene luz propia y lo demás quedaba en segundo plano. Violeta entristecía a los más impuros y regalaba miradas y sonrisas imposibles de no devolver. Era una mujer interesante de admirar. Emanaba frescura y aires despreocupados, pero estaba mas lejos de mi que esos viajes a Egipto que imaginaba de chico. Qué bueno es saber que ni lo sexual, ni lo material actuaban en esa atracción efímera que nació en mi hacia ella y que duró minutos, capaz horas. No era parte de mi vida, y esa estructurada decisión me limitó. Atracciones de una noche, pero no de las típicas.

1 comentario:

  1. DOY FE...TODOS LOS COLORES SURJEN DE ELLA, ES LA SUMA DE TODOS,LUZ SALE DE SU INTERIOR Y LA GENTE ATENTA SE DA CUENTA =)

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