viernes, 29 de junio de 2012

ganas de eso

Su habilidad era tan solo desaparecer en el momento justo, y aparecer en el tiempo indicado. Era hÁbil, sutil y un tanto impetuosa. Astor amaba el ímpetu, casi tanto como sus ratos de ocio. Se metió a la tina, cerró los ojos y se dejó estar. La sensación de vuelo era placentera. Pensó en los errores pero no reparó en quejas. Ese día fue hecho para disfrutar. La tibieza del agua entre sus dedos del pie ya arrugados y el aire viciado por el vapor sólo lo retenían más y más. La gana por estudiar llegó. Desaparecía en el momento justo, y aparecía en el tiempo indicado...

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