lunes, 7 de mayo de 2012

Algunas palabras sobre mi impresión de la segunda mudanza...

Pese a estar acostumbrado a los lujos de ''lo justo y lo necesario'', aquella casa era para mi como una cárcel.
Los 6 minutos de agua caliente en cada ducha eran casi lo que mas detestaba. Odiaba esa humillación de sentir frío. Ese frío que nadie debería sufrir; ni la gente en las calles, ni los perros, ni nadie.
Sería esa mi condena por errores del pasado, quizás.
A veces gritaba en silencio y las venas del cuello se me inflaban. Un día el silencio fue tan grande que mi grito hizo temblar el espejo. Del espejo un otro yo me miraba decepcionado por tener 23 años y no tener nada de lo que la sociedad espera.
El conformismo hacía mi felicidad, y mi felicidad eran mi familia, mi novia, mis amigos, mi arte, mi computadora y mi ocio. Mi ocio es algo amplio de explicar.


Escrito a principios de 2010

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