jueves, 3 de mayo de 2012

de como pedir prestada una musa, o la disculpa si a veces soy muy hincha...

Y le pregunté a uno de los 'tortolitos que ni' (al varón) si ella (la mujer) era musa en su arte. Claro, el me contestó que ni. Cuando toca mete de todo pero la melodía no es específica entendí, pero en realidad no había entendido bien lo que me dijo, y creé esa propia versión de lo que yo pienso. Claro, no sé tocar la guitarra bien, y el tocar me genera sensación de técnica (a mi, pobre ignorante) y entonces no me entrego tanto ni a la inventiva ni a la creación, como sí lo hago al escribir. Entonces le pedí a su tortolita como musa; como para no desperdiciar una mujer tan linda sin que sea musa. Y tambien para demostrar que no sólo un amor propio puede ser musa, o que una amiga, madre, amigo, etcétera, pueden serlo.
El caso es que comienzo a escribir de ella ahora; y hay detalles, siempre los hay, que me inspiran una especie de excitante ternura (no lo tomemos sexualmente).
La torpeza de la musa pedida prestada es casi perfecta; si uno se sabe cuidar de ella no saldrá lastimado. Pero es un trabajo arduo no tomar negativa esa pintoresca impulsión.
Siempre estando desde el lugar de amigo, y sin caer en lo cursi, porque a ella no le gusta eso, no podría dejar de destacar las pecas perfectamente desordenadas en la cara, reflejo de algún que otro aspecto de su vida, quizás; cabe destacar que no se muchísimo de ella (y seguiré aclarando hasta mas no poder).
Y ya que de aclaraciones estamos... Confieso algo...este escrito es también una disculpa a esta musa. En afán de hacer reir a veces me hago el sincero marcando (cuando no) detalles de su exterioridad. Cabe destacar que de todas las mujeres, de las feas a las hermosas (ella se acerca al límite de uno de esos extremos y lo sabe) encontraremos, otra vez, detalles. Y que lo pintorezco no es defecto, y es una marca. Que las narices de tortuga quedan hermosas en caras redondas y largas a la vez, que pancita todos tenemos en esta vida sedentaria y de tiempos escasos. Que las de rulos quieren lacio, y las lacias rulos...y que a pocas les quedan bien ambos como a la musa en cuestión. Que los ojos dicen mucho y su sonrisa contagia. Que la altura es presencia y sabe llevarla por mas que la encorve a veces. Es que uno lleva cosas en la espalda, a veces, que pesan mucho. Que las personas que nos amaron, nos aman...dejan su amor en la vida de los que quedan, y viven en uno. Somos eternos.
Que los gatos serán malos, y ella medio rosarina, pero no hay porque matarlos. Y que los exorcismos son buenos, y los besos a uno mismo son los mas dulces mimos.
Así, autor agradecido a 'tortolito que ni' (al varón) y mostrando cariño a la disfónica musa, termina la lineal y predecible sucesión de palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario