Tenía muchas ganas de verte con esos lentes, pero sobre todo con esas calzas negras y tus pantorillas blancas al aire. (No me suelen gustar las calzas, aclaro casi obligadamente)
Entonces Malabia sonríe y métome en Corrientes hasta Juan B.Justo, y la excusa del colirio en la farmacia. Sabía que no te iba a encontrar, porque te buscaba. Fueron minutos de melancolía de ese amor que sentí por vos, tonta. Y con miedo por si te llegaba a cruzar, a la vez tenía pensado todo lo que iba a decirte; linda estás...bla...tu vida...blah!...la flia, blàh!...el baile? Blù. Entonces? Era obvio que nada de lo que pensé lo iba a decir y que mejor.
No te vi (otra obviedad) pero la cajera es muy bonita.
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